La zona monumental de Praga, entorno a la Ciudad Vieja y el Castillo, se puede recorrer fácilmente. No obstante, hay muchos más rincones interesantes por los que perderse.
Staré Mestro(La Ciudad Vieja) y Josefov ( El Barrio Judío)
La torre de pólvora (Prasna Vez) marca el principio del Camino Real, la vía que conduce desde el centro de la ciudad hasta el Castillo de Praga. Este antiguo polvorín da paso a la Plaza de la República, en la que se encuentra la Casa Municipal, donde se celebran conciertos casi cada noche. Siguiendo recto por la calle Celetna se alcanza a la plaza de la Ciudad Vieja, el punto más importante de la capital checa.La visita está dominada por las sorprendentes torres negras de la Iglesia de Týn, del siglo XVI, una iglesia gótica de interior barroco. En el centro se sitúa el monumento de Jan Hus, el primer reformador religioso del país, alrededor del cual se reúnen los jóvenes. La plaza alberga el antiguo Ayuntamiento y su célebre Torre del Reloj. Cada hora se aglutinan decenas de personas ante el reloj astronómico para presenciar el desfile de los doce apóstoles y las figuras centrales que representan la muerte, el miedo, la avaricia y la vanidad. Desde la plaza de la Ciudad Vieja se puede continuar el Camino Real por la calle Karlova y cruzar el Puente Carlos, plagado de turistas, vendedores ambulantes y artistas callejeros. Construido en 1357, es el más antiguo de Praga y se accede a él por dos enormes torres que se levantan cada extremo. Está decorado con esculturas barrocas que narran la historia religiosa de la ciudad. La más famosas es la escultura de San Juan de Nepomuceno, confesor de la Reina, quien fue arrojado al río desde este punto por negarse a contarle al rey los secretos de confesión de su esposa. En el momento en que el cuerpo toco el agua, salieron cinco estrellas de oro. Fuera de esta ruta, lo mejor para conocer la Ciudad Vieja es callejear y perderse por sus rincones.
Del barrio Judío se conservan seis sinagogas, el ayuntamiento y el viejo cementerio. En el siglo XII, los habitantes de Praga levantaron un muro alrededor del barrio de Josevof para evitar el contacto con los judíos. Los habitantes de gueto desarrollaron sus propias costumbres a lo largo de cinco siglos, hasta que se tiró el muro en el siglo XVIII. En la Segunda Guerra Mundial, los judíos del barrio fueron enviados a campos de concentración de exterminio nazis, aunque conservaron los edificios como “museo de raza extinguida”. El más destacable es la Staronová Synagoga, un bello templo del siglo XIII construido en estilo gótico primitivo. El resto de los monumentos forman el Museo Judío de Praga.
El Castillo de Praga y La Ciudad del Castillo
El Castillo de Praga es un complejo de edificios, iglesias, callejuelas y jardines sobre un promontorio junto al río Moldava. Sede de los monarcas checos, fue fundado en el siglo IX, y aún hoy sigue siendo residencia oficial de presidente. Entre sus monumentos destaca la catedral de San Vito, que tardó seis siglos en terminarse. En su interior, alberga la capilla de San Venceslao, con las paredes cubiertas de piedras semipreciosas, la tumba de San Juan de Nepomuceno, la cripta de la primitiva iglesia románica y los enterramientos reales.
El Callejón de Oro está bordeado pos minúsculas casas construidas en al siglo XVI junto a fortificaciones góticas. En esta calle vivieron los magos y alquimistas de la corte. Al fondo se puede ver la Torre Daliborka, de forma circular, que sirvió de prisión entre los siglos XV-XVIII.
El barrio del Castillo tiene muchos sitios de interés, como la iglesia barroca de Loreto, que actualmente es uno de los lugares de peregrinaje más importantes del país.
El Barrio Pequeño
Este barrio, que en el pasado concentra los maleantes de la ciudad, atrae hoy en día a lso turistas con sus calles llenas de colorido y agradables parques. Bajando desde el Castillo, se llega a la plaza de Malá Strana, punto de encuentro de muchos habitantes de la ciudad. En ella se ubica la iglesia de San Nicolás, uno de los mejores edificios barrocos de Praga. Muy cerca de ella, está la célebre iglesia de la Virgen María Victoriosa, que alberga en su interior la famosa estatuilla de cera del Niño Jesús de Praga. Muy cerca de ahí se encuentra el muro de John Lennon, una pared con imágenes del ex-Beatle que está llena de grafitis, firmas e ingeniosos proclamas. Callejeando se llega a la Isla Kampa, un parque ideal para descansar o tomarse un tentempié. Al sur de este parque se puede encontar una copia reducida de la Torre Eiffel.
La Ciudad Nueva
La plaza de Venceslao marca el centro comercial de Praga. La plaza, de casi un kilómetro de largo, estaba unida en la parte baja con la fortificación de la Ciudad Vieja. El edificio neo-renancentista del Museo Nacional flanquea la parte alta del recinto. Al pie del museo se levanta el monumento simbólico a Jan Palach y Jan Zajíc, dos estudiantes que se inmolaron aquí en 1989 en protesta contra la corrupción soviética en el país.
Esta plaza fue testigo de la Primavera de Praga en 1969 y la Revolución de Terciopelo en 1989. Muy cerca de aquí encontramos el Museo del Comunismo, que realiza un interesante y crítico recorrido por la historia y la atmósfera comunista en Checoslovaquia.
La inadecuada escritura del pensador
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Ayer cometí el error que siempre cometo. El que no me deja argumentar sobre
lo dicho.
Algún percance subsistirá por este inmediato presente. Ya no hay p...
Hace 3 años
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